martes, 27 de septiembre de 2016

Lo que queda de mí

De mí
quedan un par de besos
en la memoria de una joven
que se enamoró de mi melancolía,
unos cuantos poemas
en algún cajón olvidado,
algunas tardes al sol,
muchas lecturas,
mi acento bogotano,
las ganas de reír siempre,
el mar de un lejano verano,
la lluvia de los páramos,
este otoño irrepetible
y la certeza
de que vivir valió la pena
porque un día desperté
entre tus sueños.

Si yo pudiera



Si yo pudiera
escoger el mes, sería julio
con su olor a naranjos en flor
y la hora sería,
obvio, el mediodía.
La ciudad sería Sevilla,
una vez más, Sevilla.
¿Qué otra si no?
Habría multitudes
caminando presurosas
en su oficio de turistas,
inundando la calle en busca de la Giralda
donde tomarse otra foto
para el álbum de sus logros.
Pero tú y yo
caminaríamos tomados de la mano
y con cada paso estaríamos
más cerca
al instante perfecto,
a la efimera eternidad de la felicidad.
Si yo pudiera,
volvería a despertar
en ese sueño que fue tu amor
un día a orillas del Guadalquivir.
Si yo pudiera,
haría que tus sueños
me inventaran de nuevo.

Aunque nuestro amor llegue tarde


Aunque 
asome tarde el sol,
alumbra.
Aunque 
llegue tarde
lo que ha de ser de uno,
cuando llega
es tan a tiempo,
nos hace tan felices.
Y aunque nuestro amor
llegue tarde,
será el momento exacto,
el instante perfecto
para comenzar a vivir.