Te
oigo en las palabras,
en
tantas palabras
que
son tuyas, que me hablan de ti.
Si
oigo “felicidad”,
te veo entre mis brazos;
si
escucho “amor”,
te siento besando mi cuello,
o
si es “belleza” la palabra,
te
veo salir del mar
dorada
por el sol de la tarde.
Las
palabras
me
hablan sólo de ti, te recuerdan,
son
parte de ti.
Pero
ni todas
las palabras juntas
las palabras juntas
podrán
jamás llenar
el silencio
de
tu larga ausencia.